Batman, traeme una buena copa
Un buen día llega una mujer a cierta cantina con ganas de beber. Comienza por sentarse en la barra y a llamar al cantinero de la siguiente manera: «¡Batmaaaan, tráeme una buena copa para apagar este ardor de pecho!».
Y así sucesivamente fue pidiéndole las copas al cantinero: «¡Batmaaaaan, tráeme una buena copa para apagar este ardor de pecho!»
Hasta que el cantinero harto se le acerca y le reprocha: ¡»Mira pinche vieja, en primer lugar no soy «Batman», sino BARMAN, y en segundo lugar ese ardor en el pecho no se te va a quitar hasta que quites la chichi del cenicero!».