El bestia y el Genio
Va un tío muy cazurro, bestia, analfabeto, etc., por el desierto y de repente se encuentra la lámpara de Aladino. La empieza a frotar y, obviamente, sale el genio.
Genio: gracias por salvarme, amo. Ya sabes que te concedo tres deseos. Pídeme el primero.
Tío bestia: bueno… yo… lo que efectivamente quiero es… ser más inteligente.
Genio: concedido. Pídeme el segundo.
Tío un poco más inteligente: jo macho, qué guay. Bien, pues el segundo… quiero ser más inteligente aún.
Genio: ¿estás seguro? Mira que te puedo dar todo lo que quieras: mujeres, dinero, etc.
Tío un poco más inteligente: que no, que no. Quiero ser más inteligente.
Genio: bueno, tú mandas. Concedido. Pídeme el tercero.
Inteligente: realmente es impresionante. Quiero ser más inteligente.
Genio: pero bueno, esto es inaudito. Ya eres suficientemente inteligente, pídeme riquezas, países, reinos…
Inteligente: que no. Quiero ser el más inteligente.
Genio: está bien, te lo concederé. Pero has de saber que tienes que cumplir un requisito para llegar a ser tan inteligente.
Inteligente: está bien, no me importa. Pero dime: ¿Cuál es el requisito?
Genio: tendrás la regla cada 28 días.