El cartero
Un cartero que llevaba más de 35 años de profesión, en el mismo pueblo, y hoy era su último día de trabajo, porque ya se jubilaba. Coge su carro y se va a repartir las cartas como todos los días, con la única diferencia que éste era su último día.
Llega a la primera casa, toca el timbre: blblblblblblblbl. Soy el cartero, me abre, por favor??
Le abren la puerta y al llegar se encuentra a toda la gente de esa casa aplaudiéndole, y le decían emocionados: Muy bien, Juan! Estamos orgullosos de ti, 35 años haciendo tu trabajo estupendamente, te queremos Juan, que te vaya muy bien, te lo mereces.
Le regalaron una caja de bombones, una caja de puros, de todo.
Juan, sale de la casa muy contento, emocionado, y llega a la segunda casa: blblblblblblblblb, soy Juan, el cartero, me abre, por favor??
Al entrar le esperaba una anciana:
– Juan, juan… que hoy es tu último día (la mujer se emocionaba cada vez más), cuanto te echaremos de menos, Juan, muchas gracias por estos 35 años, nos has dado las mejores cartas, las mejores postales, te quiero Juan. Me he permitido el lujo de comprarte esta caña de pescar, porque se que a ti te gusta pescar.
– Ohhh, muchas gracias pero no hacía falta, mujerrr! Gracias.
Total, que Juan y la mujer se dan un abrazo, 2 besos, y Juan se va a seguir con su ruta de siempre.
Juan llega a la tercera casa, llama al timbre: blblblblblblblblbl, soy el cartero, me abre, por favor?
Le abre la puerta una mujer con un vestido negro, muy muy corto, con un escote de infarto, y le dice:
– Juan, por ser tu último día de trabajo, vas a tener una sorpresa.
La mujer se lo lleva para arriba cogido de la mano, lo lleva a una habitación, con velas, luz tenue, pétalos de rosas por el suelo, música romántica, y total que empiezan allí a fornicar pim pam, pim pam, pim pam, terminan y le dice la mujer a Juan:
– Juan, vámonos a la cocina que te he preparado el desayuno.
Bajan los dos a la cocina, Juan se encuentra una mesa llena de pastelitos, bollitos, zumos de diferentes sabores, frutas, café, leche, de todo! Juan empieza a comer, coge un poco de todo, Juan está que no se lo cree, disfrutando de todo. Va a tomar un sorbo de café, levanta la taza y debajo se encuentra un billete de 10 euros.
Juan le pregunta a la mujer:
– Ui, y ese billete de 10 euros?
Y la mujer le responde:
– Sí, es que verás, ayer le dije a mi marido que hoy era el último día de trabajo del cartero, y que habría que pensar en hacerte algún regalo o algo. y mi marido me dijo: Pues dale 10 euros y que le follen!! Pero lo del desayuno ha sido idea mía, ehh?!!!
Jajajiajaijaiajaijia!!