El destino de muchas personas de la tercera edad es el abandono, no lo permitamos. Y recuerda que el llanto que tu provocas hoy, puede ser el tuyo mañana. El abandono es, pues, una renuncia, que reúne la condición de inacción definitiva, al ejercicio de ese derecho y sus efectos serán distintos en función del bien y/o derecho afectado.
